Se lleva 9 Bentley Flying Spur con el sello de Mulliner de una tacada… y no es ni jeque ni coleccionista

Este tipo de pedidos es el que desearía cualquier marca de coches de lujo. Casi una decena de unidades de uno de sus modelos más prestigiosos es un triunfo, y es lo que le ha ocurrido a Bentley, porque uno de los más exclusivos hoteles de todo el mundo ha ampliado su flota de coches al servicio de sus clientes.

Nueve unidades que ya se han fabricado y entregado en un evento celebrado especialmente en uno de los ocho hoteles de lujo de los que disponen en Asia. El establecimiento en cuestión se llama Galaxy Integrated, está situado en Macao, China, y son resorts de cinco estrellas que, a pesar de ser recomendados por la guía de viajes Forbes, no solo es para multimillonarios acostumbrados a conducir superdeportivos.

Un Bentley Flying Spur como taxi, los extremos asiáticos

Si te lo puedes permitir, y encaja con tus fechas, puedes encontrar noches por 300 euros. En tal caso, uno de estos nueve exquisitos Flying Spur puede ser el que te recoja en el aeropuerto y te traslade a sus instalaciones viviendo ya la primera experiencia de descanso absoluto. Da igual la distancia, el caso es que estas berlinas de lujo han pasado por los talleres de personalización de Mulliner y el auténtico lujo está en el interior.

Por fuera, la pintura de color plata refuerza las líneas de este sedán, y solamente presenta una insignia pintada a mano en las puertas delanteras. Un distintivo que es el de los hoteles de esta cadena de Macao. El mismo que se proyecta en el suelo cuando se abren las puertas, y antes de que puedan leer el nombre de la división de personalización en los umbrales de las mismas.

El interior del Bentley Flying Spur Galaxy sabe mimarte

Todavía, nada comparado con los cuatro asientos que incluyen múltiples reglajes eléctricos, calefacción y ventilación por zonas y hasta función de masaje ejerciendo prensiones sobre los músculos para rebajar la fatiga. El sello del hotel vuelve a estar presente en los cojines instalados en los reposacabezas, porque estos solos no proporcionan tanta paz a la cabeza. Un spa sobre ruedas en el que no te tienes que molestar ni en cerrar las puertas, al contar con un sistema automático.

Los nueve ejemplares, que han costado la nada despreciable cifra de 2,5 millones de euros, son todos híbridos enchufables. Los Flying Spur Mulliner ofrecen un elevadísimo rendimiento, más que el antiguo motor W12, que ahora consigue con un motor V8 y 761 CV, pudiendo rodar en modo completamente eléctrico hasta 140 km/h y con una autonomía eléctrica de hasta 76 kilómetros.