
¿De qué nos sirve ser verdes si el resto del mundo pasa? Brutal palo de un alto cargo a Europa
Europa lleva años liderando la cruzada medioambiental contra las emisiones contaminantes y los combustibles fósiles. Sin embargo, los resultados en son escasos en ese sentido, y la descarbonización no avanza según las necesidades del planeta, afirman los expertos.
Mientras tanto, la competitividad del Viejo Continente se ha visto seriamente comprometida y la productividad es cada vez menor. Algo en lo que tienen mucho que ver las políticas medioambientales que buscan conseguir que Europa sea neutra en emisiones de carbono en 2050.
Pero, ¿y qué pasa con el resto del planeta? Tanto esta última pregunta, como la reflexión anterior, resumen el mensaje de Antonio Brufau, presidente de Repsol que se ha mostrado muy preocupado por la dirección que ha tomado el continente.
Si las reglas del juego no son globales, el único que pierde es el que las cumple
Europa es insignificante en el panorama global de emisiones
En un foro celebrado organizado por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (SBEES), el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha lanzado una crítica sin paños calientes contra la política medioambiental europea. Su diagnóstico: Europa está perdiendo peso económico y no está ayudando al planeta tanto como presume.
Durante su intervención, Brufau advirtió que el Viejo Continente está actuando de forma aislada en la lucha contra el cambio climático. «Tiene que mirar al lado» y observar lo que ocurre en el resto del mundo, señaló, subrayando que Europa «no tiene ninguna importancia» porque apenas representa el 7 % de las emisiones globales, mientras que China ha pasado del 28 % al 34 % en solo un año.
Con un ejemplo muy gráfico, el presidente de la energética puso el foco en el llamado «efecto frontera» de las políticas medioambientales: «Una acería que desarrolle su actividad en Tánger (Marruecos) va a producir más emisiones que si la pones en Burgos». Su conclusión, tan contundente como incómoda para Bruselas: «Con lo cual, el planeta queda perjudicado. Pero Europa queda mejor».
Empresarios al rescate político
Brufau no se quedó ahí. Fue más allá al señalar que los empresarios deben tener un papel activo en corregir el rumbo político, «hacer aterrizar» a los políticos para que tomen decisiones más realistas y adecuadas a la sociedad.
Una declaración que, lejos de ser una simple opinión, parece una llamada de socorro ante una Europa que, a su juicio, se ha despegado de la realidad productiva.
Y es que, según el directivo, Europa vive inmersa en un ambiente de desafección ciudadana que está favoreciendo la irrupción de partidos «muy extremistas en un sentido o en otro». El motivo, según él, es claro: «Europa no está creciendo» ni sabe ofrecer un «futuro halagador a sus ciudadanos».

Brufau, que ha sido una de las voces más críticas dentro del sector energético contra las restricciones medioambientales poco pragmáticas, cerró su intervención con una sentencia lapidaria: «Europa ha perdido el tren de la productividad». Y no dejó espacio para la ambigüedad: si el continente quiere seguir siendo relevante, debe cambiar «radicalmente» su estrategia.
Un mensaje incómodo para muchos oídos en Bruselas, pero que conecta con el sentir de buena parte del tejido industrial: si las reglas del juego no son globales, el único que pierde es el que las cumple.
Fuente: El Periódico de la Energía
No Comments