
BMW se obsesionó con el diseño del nuevo X3 y olvidó lo esencial, los clientes ya no perdonan
Admitámoslo. BMW se ha ido pasando de la rosca al diseñar los interiores de sus más recientes modelos, y eso es algo que termina pasando factura a una marca. Los bávaros no se pueden amparar en que la tecnología condiciona las privilegiadas mentes de los interioristas y de los estilistas, pues estos han demostrado sobradamente ideas y recursos para solucionar problemas.
Pero, la libertad de diseño también se va de las manos y, aunque los planificadores de producto y los CEO vean con buenos ojos un diseño en concreto, no quiere decir que lo tenga todo para triunfar. Es lo que le está ocurriendo a BMW. La marca de Múnich ha estado «jugando con fuego» en los últimos años, dejándose llevar por la imaginación hasta acabar con el éxito de un modelo que, por excelencia, debía ser una estrella.

Señalaron el interior del Serie 5 y ahora es el turno del X3
Y esta cuarta generación del BMW X3 debería de serlo también, pero no se ve por las calles. El problema es que a los clientes no le convence el diseño de su interior, el que ves sobre estas líneas. Audi ya ha reconocido públicamente que los recortes se les fueron de las manos, y BMW está escuchando a los clientes que admiran el X3, pero del que huyen al abrir las puertas delanteras.
La ausencia de cuero en el salpicadero, por poner un ejemplo, y aunque sea sintético u otro material ecológico pero que cumpla en tacto y apariencia, está causando una muy mala percepción a los interesados, que están asistiendo a un abuso desmedido de los plásticos.
En el X3, que ya está a la venta, esto es algo de lo que se han quejado los propietarios, que ven cómo los controles de las ventanillas instalados en los reposabrazos de las puertas podrían ser de mayor calidad y no solo a la vista. También al tacto. Una noticia que no es del agrado de ninguna marca, y algo que no se puede permitir BMW pero que no es nueva.
Un diseño sobrio pasa el corte, la mala calidad no
El fabricante alemán también ha tenido que resolver esto en el típico reequipamiento de primavera aplicado en el BMW Serie 5. En este modelo, se han sustituido paneles, cubiertas y molduras decorativas del interior, y eso sucederá también a bordo del nuevo X3 este mismo verano, según apuntan fuentes alemanas.
Es la consecuencia del continuado abuso del famoso «Negro Piano», y de otras superficies pintadas, pero que se sabe perfectamente que no se trata de una medida de ahorro de costes. En verdad, es una técnica habitual en las Premium para que el cliente se gaste el dinero en la famosa personalización…
El problema es que esta actitud se le ha ido de las manos, que han preferido centrarse en otras cuestiones como los equipamientos a demanda y en cuestiones que a los clientes no les interesa.
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