¿Y si una cuarta luz de freno pudiera evitar accidentes? El estudio que plantea una idea tan simple como efectiva

La luz en los coches es, por excelencia, una función clave en la seguridad del tráfico, frente a otros vehículos y a peatones. Europa busca soluciones para reducir al máximo el número de víctimas mortales en sus carreteras, una misión que quiere situar en cero en 2030 pero que se le resiste. Por ahora, las armas que tiene a su favor son los asistentes que obliga a instalar en los coches nuevos cada dos años.

Mercedes ha conseguido ser el primer fabricante del mundo en otorgar un nuevo color a las luces, tanto delanteras como traseras, para sus coches autónomos. Hoy, las luces de freno de todos los vehículos son de color rojo, pero eso podría cambiar si Bruselas se toma en serio el estudio realizado por técnicos de la Universidad Tecnológica de Graz.

Ningún conductor puede adivinar las intenciones de otro

Estos saben que la iluminación es clave, especialmente para ser visto por otros usuarios de la vía y también para comunicar a estos las intenciones de un conductor. Un ejemplo claro es el intermitente, por el que su pide, y se ruega, que se use, porque nadie es capaz de adivinar lo que va a hacer otro conductor. Es la forma correcta no solo de circular, sino de evitar malentendidos.

Por supuesto, implica también que todas las luces estén en perfecto funcionamiento y, concretamente, las de freno. Los estudiosos de la universidad austriaca han determinado que integrar una cuarta luz de freno puede mejorar la seguridad, después de analizar más de 200 accidentes reales en Austria.

La idea de una cuarta luz de freno no es nueva pero sí interesante

La conclusión del estudio es que son las intersecciones donde mayor número de colisiones se producen, demostrando que entre el 7,5 % y el 17 % de las colisiones podrían haberse evitado con una cuarta luz de freno. Ésta se encontraría instalada en la parte delantera, de color verde para ser más visibles y aumentar la capacidad de reacción. Los estudiosos han apuntado que el coste es muy barato, y que podría extenderse casi a los laterales, por lo que un vehículo también sería visible para los que se aproximan por este lado.

Un ángulo desfavorable es, en un tercio de los casos de accidentes reconstruidos, causa principal de la colisión, incidiendo en que de haber contado con luces de freno delanteras para quienes circulan por la vía principal, la reacción de los conductores de calles adyacentes habría sido más rápida. Así, se reducirían las consecuencias, si no se llega a evitar por completo.