Esto no te cuentan al comprar un coche, la tecnología enamora… y también arruina

Es parte de la identidad de marca. Las pantallas digitales se han convertido en un elemento normal en todos los coches nuevos, con una tendencia a hacerlas cada vez más finas y alargadas. De las dos habituales, rápidamente hemos pasado a tres, y si cuentan con cámaras en lugar de espejos retrovisores, entonces ya vamos por cinco.

Todas de alta resolución, con gráficos sumamente nítidos, … La tecnología va a más, no se detiene y eso tiene un elevado coste para los clientes. Hace años, aseguraba a todo riesgo los dos primeros años, independientemente de la cantidad de la franquicia. Hoy, son los fabricantes los que ofrecen paquetes de años de garantía con sobreprecio. Y, tanto seguro a todo riesgo como garantía conviven junto con la «suerte» de no romper nada.

El tremendo coste de las pantallas y faros de repuesto

Y es que el coste para el bolsillo si es necesario sustituir algunos componentes es terrible. En ocasiones, puede duplicar, incluso triplicar, lo que costaba como opcional cuando configurabas tu coche con deseos de comprarlo. No es una broma esto que vas a leer a continuación, y si tienes un KIA Sportage de quinta generación, el que se vende hoy, ya puedes ir teniendo cuidado.

Huye si alguien te dice que una pantalla digital nueva cuesta 2.000 euros, porque quieren estafarte. El propietario de un Sportage ha recibido un presupuesto oficial por valor de 13.075 euros, un tercio del valor comercial del coche, por una pantalla nueva. Esta cantidad incluye impuestos, 49 euros de mano de obra, y ninguna de las dos cantidades son erróneas

El problema es lo que de verdad cuesta la pieza, casi 10.500 euros. Esta es una de las más sonadas, pero los faros LED varían entre los 900 euros y los 5.000 euros. Y sin contener funciones especiales como que se adapten a la meteorología. Además, el recurso de recurrir a los repuestos de un modelo americano, si lo tiene, no sirve.

Europa tiene la culpa de que los recambios sean tan caros

Este no solo es el precio de la tecnología, sino un gran fallo de Europa, que no ha puesto límites. Lo puedes ver con los teléfonos móviles, se niegan a reparar. La transparencia en los precios de los recambios originales ha brillado por su ausencia, los clientes no han tenido acceso nunca. Un coto de las marcas, servicios oficiales, talleres independientes y aseguradoras.

Todas pillan de un margen brutal, y la marca no te cuenta (porque no está obligada y tampoco le interesa) acerca de los costes de mantenimiento y reparación cuando vas a comprar un coche nuevo. Con semejantes precios, es normal que aflore un mercado negro pero, obviamente, este tiene consecuencias y no suelen ser positivas.

Fabricantes chinos ofrecen faros, pantallas, volantes y sistemas de infoentretenimiento de todos los coches por mucho menos dinero; otra cosa es que encajen con grapas, tornillos o conectores. Eso sí, aquí no hay garantías …