Europa roza el ridículo, fracasa su intento de prohibir la fibra de carbono
Europa se ha visto obligada a retirar su última propuesta. Otra más en contra de los intereses de los fabricantes, y de los proveedores de la industria del automóvil y aeronáutica entre varias otras. Un auténtico esperpento el de los gobernantes de Bruselas que no hacen más que ir dando bandazos de un lado al otro.
La decisión de prohibir la fibra de carbono al ser un material nocivo para la salud cayó como un verdadero jarro de agua fría hace tan solo unos días. En Bruselas, pretendían que este material más resistente y ligero que el aluminio y el acero quedase en el olvido a partir de 2029. Se sabe que su reciclaje es más complicado, pues el desentrañar los haces de fibras genera unos gases que, en contacto con las personas, puede causar daños en el aparato respiratorio.
Europa reconsidera su propuesta sobre la fibra de carbono
Los expertos apuntan que estas consecuencias son posibles pero no tan fáciles, puesto que deberían entrar en contacto directo y eso es algo complicado. La fibra de carbono se recicla a través de procesos químicos sometiéndose a elevadas temperaturas en el interior de cámaras que desprenden gases. De ahí que los expertos consideren poco probable el contacto.
Los expertos de Bruselas habían considerado la fibra de carbono tan peligrosa como otros químicos como el mercurio, plomo y cadmio. Pero, según apuntan fuentes americanas, un parlamentario europeo ha filtrado que esta regulación se ha retirado, por lo que la fibra de carbono no se incluirá en el registro de materiales considerados peligrosos. Al parecer, habrían comprobado que los beneficios de la fibra de carbono superan con creces el daño ambiental potencial.
Prohibir la fibra de carbono sería una ruina para grandes marcas
Eso y que la industria se vería gravemente afectada después de la enorme presión de Bruselas por transformar la movilidad y en la que la fibra de carbono juega un papel clave para reforzar la seguridad, al mismo tiempo que reducir el peso. La otra opción sería rebuscar soluciones alternativas basadas en materiales naturales y biodegradables, que existen, pero que son todavía demasiado caros a gran escala.
Especialmente para fabricantes en los que la fibra de carbono es clave. Aunque BMW fabricaba su propio CFRP -fibra de carbono reforzada con plástico- a través de una empresa que compró especialmente para la producción del antiguo BMW i3, para otras marcas de prestigio como McLaren o Lamborghini es esencial, ya que el chasis de sus modelos es de este material. Por ahora, pueden respirar aliviados, pero Europa no descansa y lo volverá a intentar en un futuro.
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