40 años en la carretera
12 junio 2025
Hace 40 años, en España sólo había 11.716.339 vehículos registrados, hoy en día, según los datos de la DGT, esa cifra se eleva a más de 37 millones de los que 25 millones corresponden a turismos.A primera vista puede parecer que ser el propietario de uno de esos vehículos en 1985 era más económico que en la actualidad, pero las cifras muestran que no es así. Hace 40 años, como ahora, ser propietario de un vehículo particular era una inversión cara.
Si tomamos como ejemplo el Seat Ibiza (un modelo que se empezó a vender en España en 1984), este coche costaba 825.000 pesetas lo que en conversión directa a euros serían poco menos de 5.000 €. Pero si actualizamos ese precio con la calculadora de conversión del Instituto Nacional de Estadística, que tiene en cuenta el IPC general, esos 5.000 € de 1985 se transforman en 18.000 actuales, lo que significa que la posibilidad de comprarse un coche propio en los 80 quedaba reservado para los que podían permitirse hacer un esfuerzo económico grande. No olvidemos que entonces el salario mínimo interprofesional estaba situado en 37.170 pesetas (teniendo en cuenta el IPC general, unos 800 € al mes de 2025). Aun teniendo en cuenta estos factores, incluso el Seat Ibiza actual sigue siendo más caro que su abuelo ochentero, ya que el precio recomendado de este modelo en 2025 según su propio fabricante es de más de 23.000 €.
Pero tanto entonces como ahora tener vehículo particular no supone sólo financiación y gastar en combustible. La plataforma de comparadores y consumo Roams, en su informe sobre cuánto cuesta mantener un coche en España cifra el gasto anual medio de los propietarios de un vehículo particular en 3.850,75 €, un cálculo en el que se incluyen el seguro obligatorio, el pago de la ITV, etc.Lo que tampoco ha cambiado con el paso del tiempo en cuanto a los vehículos que circulan por nuestras carreteras es la tendencia a tener un parque móvil anticuado. Si en 1985 la edad media de los vehículos registrados era de 8,3 años, en la actualidad este problema se ha agravado: en su último informe anual (realizado con datos de 2023), la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) advertía de que la antigüedad del parque de automóviles en España había aumentado hasta los 14,2 años. Esto supone que de los más de 30 millones de vehículos que circulaban por España en 2023, cerca de 15 millones tenían 15 o más años.
La buena noticia es que esta misma organización calculó que en 2024 se superó el millón de matriculaciones de turismos nuevos: se vendieron un total de 1.016.885 unidades, un 7,1% más que el año anterior.
En 1985, el censo de conductores ascendía a 13.547.407, de los cuales se estrenaron como tales 480.772. 2024, último año registrado en el Anuario Estadístico General de la DGT, supera con creces esas cifras. El año pasado la cifra de conductores aumentó hasta los 28.138.441. También hubo nuevas incorporaciones, concretamente 596.458.
Tanto hace cuatro décadas como ahora el aumento de estas cifras conlleva un incremento en las estrategias de detección de posibles infractores. Los controles son un buen ejemplo de ello. En 1985 se realizaron 484.000 controles de alcoholemia y 4.000 controles de drogas.A pesar de este esfuerzo logístico, el anuario estadístico de aquel año muestra cómo se produjeron 2.639 accidentes en los que el conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol, siniestros que produjeron 177 víctimas mortales y 4.234 heridos.
En la actualidad las campañas de control y vigilancia de alcohol y otras drogas en la carretera son tan comunes que lo que hace 40 años se hacía en todo un año ahora mismo se realiza en tan sólo una semana. Por ejemplo, del 19 al 25 de agosto de 2024 la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó una de estas campañas en la que efectuó 225.946 pruebas de alcohol y drogas en carretera. Gracias a ello detectó a 2.156 conductores que circulaban bajo los efectos del alcohol y otros 1.645 que se encontraban bajo el influjo de las drogas. De ellos, 227 fueron puestos a disposición judicial. La campaña también detectó a 4.570 que, aunque no superaban la tasa de alcohol máxima permitida, sí conducían tras haberlo consumido.
Alejar el alcohol y las drogas de los conductores es una de las principales preocupaciones de la seguridad vial desde 1985. Se considera que el alcohol es el segundo factor concurrente más habitual en los siniestros de tráfico, especialmente, en aquellos que provocan víctimas mortales. Según los datos de la Memoria 2023 de hallazgos toxicológicos en víctimas de accidente de tráfico, elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), de los 862 conductores fallecidos y sometidos a autopsia, el 53,6% dio positivo en alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos, aisladamente o en combinación. El alcohol fue la sustancia más detectada en los conductores fallecidos, con un 32,7%, mientras que las drogas, predominantemente cocaína y cannabis, aparecían en un 22,7% y los psicofármacos en un 15,7%.
El Plan Nacional de Seguridad Vial comenzó en 1980 con buen pie: desde su creación se registró una tendencia decreciente tanto en el número de siniestros viales como en el de víctimas. Una tendencia que, desafortunadamente, se rompió el mismo año en el que nació esta cabecera, 1985, cuando se contabilizaron 38.246 accidentes con víctimas en las carreteras españolas. En ellos 3.997 personas perdieron la vida y 68.773 resultaron heridas, según describe el Boletín Informativo de Accidentes 1985.No eran buenas cifras, especialmente si consideramos que no estaban incluidos los siniestros producidos en vías urbanas. Si se sumaban ambas variables, los accidentes ascendían a 81.234 y los fallecidos a 6.374.
Cuatro décadas después, la siniestralidad vial en España ha descendido de forma evidente, aunque aún hay mucho margen de mejora. Según las cifras de siniestralidad vial provisionales proporcionadas por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, el año pasado en las vías interurbanas de España se produjeron 1.040 siniestros mortales, en los que fallecieron 1.154 personas y 4.634 resultaron heridas y fueron hospitalizadas. O lo que es lo mismo, el pasado año murieron en la carretera, cada día, tres personas y 13 resultaban heridas y hospitalizadas, una media que está bastante alejada de las 13,43 personas que fallecían de media en 1985.
Si bien es cierto que 2024 fue un año de gran movilidad (se calculan un total de 462.888.133 desplazamientos), el número de víctimas aún resulta inadmisible. A pesar de ello 2024 también dejó un buen dato para la siniestralidad: se registraron 28 días sin víctimas mortales en la carretera, algo completamente impensable hace cuatro décadas.
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